Ya nadie se acordará de mí... estoy segura. Si en mi última entrada comenté que llevaba mil años sin actualizar, en esta, estoy en la obligación de decir que han debido pasar, a lo menos, un par de siglos desde entonces. Aunque me gusta pensar que he entrado en una nueva Era.
Suena bien, como una bonita forma de denominar a la etapa que estoy a puntito de comenzar. Porque sí, tengo algo importante que anunciar; por primera vez en mucho, muchísimo tiempo, me siento ilusionada, feliz y esperanzada. Basta que os fijéis en el gif que encabeza este post para deducir qué ha ocurrido en mi vida: efectivamente, he encontrado el amor.
No pienso pararme a relatar la historia de cómo nos conocimos, puesto que no viene a cuento y, en caso de que, por casualidad, Él llegara a encontrar este blog, enseguida se daría cuenta de que me pertenece. Lo único importante que quiero resaltar es que, por fin, he encontrado a alguien que me aporte luz, pero que, a la vez, comparta sombras semejantes a las mías.
No sabe nada de Ana y Mía, pero da igual. Conoce, acepta y abraza mis otros fantasmas, que es más de lo que alguien como yo podría desear. Me hace sentir bien, a gusto en mi propia piel. O, al menos, con mi personalidad.
Me quiere de verdad y, por eso, pienso retomar la tarea de convertirme en algo que resulte agradable para la vista. Si no tuve el valor ni la constancia para hacerlo por mí, lo haré por él; se lo merece.
Ahora mismo peso 47 kilos, el objetivo que me había marcado para diciembre del año pasado... Es penoso que no haya avanzado nada desde entonces, pero trato de consolarme con el hecho de que, al menos, me he mantenido ahí. ¿Os imagináis dónde estaría ya si no me hubiera entregado a la desgana y a la comida? Quizás ya habría terminado de llegar a mis venerados 43... Incluso lo habría hecho comiendo 800 calorías al día, con calma y sin prisas. Pero no, fallé. Me rendí.
A veces, me sigo dando mucho asco por dentro también.
En realidad no me he reencontrado con mis viejas amigas hoy, sino a principios del mes. Resulta que me mudo con Él el día 1 de Septiembre y, para entonces, quería estar pesando al menos 46... así que empecé a comer 500 calorías y a hacer un poquitín de ejercicio. Creo que, el 1 de Agosto, pesaba 50-53 kilos, así que no voy mal. Pero ahora sólo quedan 5 días, por lo que me he propuesto entrar en un estado de "semi-ayuno" casi absoluto. Llevo desde ayer sin comer nada sólido: en mi cuerpo sólo entra, como mucho, un yogur al día, refrescos light, caldo y 100 ml de leche desnatada para el café de la mañana. Me he comprado unas infusiones saciantes de 2 calorías, a ver si funcionan.
Esta noche subiré otra entrada con mi intake final del día y compartiré algunas cosillas que he descubierto a lo largo de este casi año de inactividad. Además, por si a alguna le puede resultar útil, contaré el plan que tengo pensado llevar a cabo cuando empiece a vivir con mi chico para seguir adelgazando (aunque a un ritmo más lento, para no levantar sospechas).
¡Muchos besitos de Oso a todas! Me alegra estar de vuelta :3
