○ You walk a lonely road ○





Navidad. Palabra amarga... o, más bien, nostálgica. Recuerdo que solía gustarme. Miento: solía encantarme. ¿Cuándo dejé de considerarla única? quizás, en algún momento confuso entre la muerte de mi inocencia y el nacimiento de mis demonios. Si lo pienso bien, y aunque suene estúpido, mi repudio hacia la fiesta más especial del año comenzó cuando dejé de creer en Papá Noel y los Reyes Magos, cuando las galletas dejaron de acompañar a los zapatos bajo el árbol, las cartas llenas de juguetes deseados no volvieron a escribirse y las horas posteriores a la cena familiar empezaron a pasarse frente a la tele y no junto a la ventana, a la espera de avistar algún posible trineo volador entre los tejados. 

La Navidad solía parecerme mágica. Y no, no sólo por el hecho de que estuviera protagonizada mayormente por un hombre vestido de rojo, su séquito de duendes fabricadores de muñecos y tres Reyes Magos que atravesaban un desierto con la única intención de repartir juguetes a los niños de todo el mundo. La Navidad era mágica porque, por una vez en todo el año, nos reuníamos toda la familia para degustar platos exquisitos y ponernos al día. No exagero al decir que, durante esas tres fiestas principales, llegábamos a ser veinte alrededor de una mesa. ¿Qué fue de aquellas cenas y comidas ruidosas cargadas de preguntas indiscretas y chistes con poca gracia? yo, por lo menos, no lo sé. Sencillamente, poco a poco, las sillas fueron vaciándose hasta que, con suerte, quedamos tres o cuatros alrededor de la mesa. Empezó con el divorcio de mis padres y terminó con la muerte de mi abuelo. La familia se dividió, se enemistó y del gran vínculo que nos unía no quedó nada más que el recuerdo. Hay personas capaces de vivir del ayer: lo siento mucho, yo no soy, ni puedo ni quiero ser, una de ellas. 

La Navidad solía ser, para mí, lo más parecido a un sueño hecho realidad. Siempre he sido una persona muy hogareña y, como normalmente mi familia siempre estaba peleada entre ella, poder reunirse todos durante un par de noches me hacía verdaderamente feliz. De verdad, los regalos eran algo secundario... mi ilusión por la llegada de estas fechas estaba hecha de cariño, no de materialismo. Ahora sé que, más que un sueño, la Navidad es un cuento. Es muy bonito ver en las series y películas como, por más adversidades que transcurran durante el nudo de las mismas, al final todos terminan cenando en familia sin rencores. Normalmente, un pavo suculento. Siempre he querido probar uno así: una pena que jamás vaya a lograrlo porque somos demasiado pocos como para preparar uno. ¿Qué significa ahora la Navidad para mí? el recuerdo de que nada dura, de que, de una forma u otra, uno siempre se queda solo al final. Oh, y, por supuesto, engordar.

Bueno, liberada de una vez mi frustración contra la Navidad, tengo que reconocer que no la odio ni un poquito. No soy capaz de detestarla, sólo de rechazarla. ¿Por qué? tal vez, porque dentro de mi cabecita sigue viviendo un cacho de aquella niñita soñadora que guarda la esperanza de que, algún día, la Navidad vuelva a significar lo mismo que antes; quizás, porque en realidad no guardo ningún mal recuerdo de ella... al contrario, son todos tan bonitos que, al desaparecer, lo que han dejado a su paso es nostalgia, melancolía y anhelo. A lo mejor es un poquito de ambas cosas, no lo sé. El caso es que, desde hace dos años, paso las que antaño fueran las mejores épocas de mi vida tirada en el sofá viendo alguna película mala mientras mi hermana y mi madre hablan de lo suyo. Y a la mañana siguiente a Nochebuena, abro regalos que no me hacen ilusión y ''como'' las sobras de la cena como si, en realidad, siguiera siendo un día especial.  Quién sabe, dicen que una mentira repetida mil veces se termina convirtiendo en verdad. 

Ay, ¡que me pierdo! Dejando de lado mi morriña navideña, os deseo unas muy muy muy muy felices fiestas, ¡mañana pasaré a leeros a todas y subiré los intakes de estos tres días! Ahora me toca ir a ayudar a preparar la ''cena'' (que después vomitaré, jij) y a fingir sonrisas y que todo va de rechupete. Por cierto, ¡hasta ahora voy la mar de bien con mi plan! ya os contaré♥♥. Muchos muchos muchos besos y que os traiga muchas cositas Santa. ♥

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6 comentarios

  1. ¡Quenya <3 ! Me pasa algo muy parecido con la Navidad: Va perdiendo su magia a medida que crecemos, porque somos capaces de "levantar el velo" y ver que no todo es bueno. Pero es realmente bello que conserves esa esperanza en las fiestas, porque significa que aún eres una niña por dentro y queda algo de esa "magia" en tus recuerdos.

    Mucho ánimo con tu plan, las fiestas y con todas tus metas para el 2016 <3
    Un abrazo ꒰˃͈꒵˂͈꒱

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    1. Me alegra mucho no ser la única desencantada con la Navidad... ya me tenía por un bicho raro XDDDD Como se suele decir... ¡la esperanza es lo último que se pierde! Creo que seguiré soñando con volver a vivir unas fiestas mágicas hasta que sea una ancianita raquítica rodeada de gatos callejeros jiji ♥
      ¡Muchas gracias por tu comentario y por los ánimos, bonita! Ojalá tú también cumplas todas tus metas para el 2016 *^*
      ¡¡Besotes y abrazos de koala!!

      Quenya♥

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  2. Tu blog me encanta!
    Y sabes que? Casi lloro con esta entrada porque me pasa lo mismo respecto a la navidad.
    No odio la navidad es solo que ya no es lo que era, y creo que a muchos nos pasa.
    La familia se divide,la ilusión desaparece y aquello que era mágico ahora es aburrido ajaj... Pero sabes que estuve pensando??? Que tal vez esto es solo una etapa, y el dia mañana cuando ya seamos mayores y tengamos nuestra propia familia ya sabes (marido,hijos, tus suegros,cuñados . En fin.. Armar una nueva generación (? ) ese amor mágico por las fiestas volverá :D...
    Mi ultima navidad fue en el 2005 y no se volvió a festejar,pero siento que algún dia eso cambiara. Besitos

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    1. ¡¡Me encanta que te encante!! Comentarios así siempre me sacan una gran gran gran sonrisa ♥♥
      Y ay, se me llena el corazón de consuelo al saber que no estoy sola, que no soy la única criaturilla en este mundo que ya no encuentra magia en las Navidades presentes... sólo en las pasadas y en las ajenas. Terminaré siendo como el señor Scrooge, estoy segura ╥﹏╥
      Bueno, fuera bromas, quiero creer firmemente en lo que dices... que, algún día, cuando tenga mi propia familia esa ilusión por las Navidades regresará... obviamente no de la misma forma. No viviré la magia en mí, sino a través de mis niños... aunque, sinceramente, creo que será incluso más bonita vista así, a través del entusiasmo de mis pequeños ♥
      ¡No perdamos la esperanza! Si aún creo poder entrar en Hogwarts, también tengo que creer en que la Navidad recuperará su brillo <3
      ¡¡Muchos besotes de oso!!ʕ•́ᴥ•̀ʔっ

      Quenya♥

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  3. Hola linda! cambiaste el diseño del blog? te quedó muy bien!
    La verdad es que lamento mucho que se haya dividido tu familia de esa manera :( ojalá lo hayas pasado lo mejor posible, de todo corazón! espero que este 2016 se venga con todo... y que logres todos tus deseos!!
    Un beso grande grande!!

    S.

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    1. Estuve retocando algunas cosillas y añadí un banner nuevo, ¡¡me alegra muchísimo que te guste, bonita!
      No te preocupes, ya me he acostumbrado a la ''soledad'', sólo que en algunas fechas es inevitable no sentirse un poquito triste y melancólica jiji. La verdad es que la cena fue amena y los super regalos me ayudaron a mantenerme distraída el día 25, así que no me lo pasé muy mal dentro de lo que cabe :)
      ¡Un millón millón millón millón de gracias por tus buenos deseos! Eres un amor, de verdad ♥♥♥ ¡¡Yo te deseo lo mismo!!
      Un montonazo montonazo de besos y abrazos ♥♥

      Quenya♥

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